Es algo así como "El quinto Beatle" o "El sexto Rolling Stones": siempre a la sombra de otros, pero con un rol muy apreciado. La cuarta Erre de la Ecología, "Reparar", es realmente un complemento ideal para las 3R tradicionales: "Reducir, Reutilizar y Reciclar".
Ya en una nota anterior te enseñamos "30 formas de ayudar a Reducir, Reutilizar y Reciclar". En esta ocasión, resaltamos la importancia que tiene el hecho de reparar frente a la tendencia mundial de "Usar y botar".
Beneficio para ti y el planeta
Chile es el tercer país de Latinoamérica que más basura electrónica genera por persona. En 2016, cada chileno produjo 8.7 kilos de estos desechos. Estamos hablando de celulares, refrigeradores, hervidores, computadores, televisores, etc. La pregunta es: ¿cuántas de estas cosas podríamos reparar en vez de botar?
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El daño al planeta y a la salud de las personas es evidente, ya que muy poco se recicla: la mayoría de los productos termina en vertederos o incinerados en basureros. Esto aumenta las emisiones de CO2, que es el principal gas de efecto invernadero que contribuye al cambio climático.
Una actividad desafiante
Otra duda se nos viene a la cabeza: en tiempos de lo desechable, ¿podemos hacer que sea atractivo preservar las cosas? La reparación de productos es buena para el medio ambiente, pero también para nuestra actividad cerebral. Botar es fácil; lo difícil y desafiante es que un objeto dañado vuelva a su funcionamiento normal gracias a la acción de tus manos.
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Hoy en día, si no sabes cómo hacerlo, hay cientos de tutoriales en YouTube. "Hazlo tú mismo" o "Do It Yourself" (DIY) es toda una tendencia, por lo que podrás aprender a reparar diferentes cosas como zapatos, ropa, muebles, electrodomésticos y mucho más.
Si lo haces en familia, con hijos, sobrinos o tu pareja, tanto más entretenido para generar cultura de reparación como en los viejos tiempos. En definitiva, comenzamos mejorando una máquina, y terminamos mejorando nosotros mismos.
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Ahorra dinero
Reparar es sinónimo de economizar platita, ya que básicamente no tendrás que adquirir el mismo producto a precio de mercado. En cambio, prolongas su funcionamiento evitando ir nuevamente a la tienda comercial.
La mayoría de los productos electrónicos tiene obsolescencia programada, es decir, una vida útil corta. Lo contrario a ello es la Alargascencia, cuyo propósito es reparar objetos, alquilar, hacer trueque y encontrar o vender productos de segunda mano. De esta forma se fomenta la economía circular, ayudando al planeta y a tu bolsillo.